sábado, 3 de diciembre de 2016

“El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway


Trato de no pedir prestado. Primero pides prestado; luego pides limosna.
                                               “El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway

                Quizá no esté tan fuerte como creo –dijo el viejo–. Pero conozco muchos trucos y tengo voluntad.
“El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway

La edad es mi despertador –dijo el viejo–. ¿Por qué los viejos se despertaran tan temprano? ¿Será para tener un día más largo?
“El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway

Hablaban del mar como un contendiente o un lugar, o aun un enemigo. Pero el viejo lo concebía siempre como perteneciente al género femenino y como algo que concedía o negaba grandes favores, y si hacía cosas perversas y terribles era porque no podía remediarlo. La luna, pensaba, le afectaba lo mismo que a una mujer.
“El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway

Por lo general, la gente no tiene piedad de las tortugas porque el corazón de una tortuga sigue latiendo varias horas después que han sido muertas. Pero el viejo pensó: “También yo tengo un corazón así y mis pies y mis manos son como los suyos”.
“El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway

“Luego virara y se lo tragará” pensó. No dijo esto porque sabía que cuando uno dice una buena cosa posiblemente no sucede.
“El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway

“Nadie debiera estar solo en su vejez –pensó–. Pero es inevitable.
“El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway

“Su decisión había sido permanecer en aguas profundas y tenebrosas, lejos de todas las trampas y cebos y traiciones. Mi decisión fue ir allá a buscarlo, más allá de toda gente. Más allá de toda gente en el mundo. Ahora estamos solos uno para el otro y así ha sido desde mediodía. Y nadie que venga a valernos, ni a él ni a mí.”
“El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway

“Es un gran pez y tengo que convencerlo –pensó–. No debo permitirle jamás que se dé cuenta de su fuerza ni de lo que podría hacer si rompiera a correr. Si yo fuera él echaría ahora toda la fuerza y seguiría hasta que algo se rompiera. Pero, a Dios gracias, los peces no son tan inteligentes como los que los matamos, aunque son más nobles y más hábiles.”
“El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway

No está mal - dijo - para un hombre el dolor no importa.
“El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway

El hombre no está hecho para la derrota -dijo-. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado.
“El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway

Debiste haber traído muchas cosas, pensó. Pero no las has traído, viejo. Ahora no es el momento de pensar en lo que no tienes. Piensa en lo que puedes hacer con lo que hay.

“El Viejo y El Mar” Ernest Hemingway