sábado, 9 de enero de 2016

"Buscando a Alaska" John Green



Karl Marx llamó a la religión “el opio de las masas”. El budismo, sobre todo de la manera como se practica popularmente, promete mejoría a través del karma. El Islam y el cristianismo prometen el paraíso eterno a los fieles. Y ése es un opiato poderoso, sin duda, la esperanza de una mejor vida posterior. Pero hay una historia sufí que desafía la noción de que la gente cree únicamente porque necesita un opiato. A Rabe’a al-Adiwiyah, una gran mujer santa del sufismo, se le vio correr por las calles de su pueblo, Basra, cargando una antorcha en una mano y una cubeta de agua en la otra. Cuando alguien le preguntó qué hacía, respondió: “Voy a verter esta cubeta de agua sobre las llamas del infierno; luego usaré esta antorcha para quemar las puertas del paraíso para que la gente no ame a Dios por desear el cielo ni por temor al infierno, sino porque es Dios”.
La mujer, siempre tan fuerte que hace arder el cielo e inunda el infierno.
"Buscando a Alaska" John Green

Un koan es como una adivinanza que se supone debe ayudarte a alcanzar la iluminación en el budismo zen. En mi respuesta, escribí sobre un tipo, Banzan, que iba caminando un día por el mercado cuando oyó a alguien pedirle a un carnicero su mejor trozo de carne. El carnicero contestó: “Todo lo que hay en mi tienda es lo mejor. No puedes encontrar un trozo de carne que no sea el mejor”. Al oír esto, Banzan entendió que no hay mejor ni peor, que esos juicios no tienen un significado real porque sólo existe lo que existe y ¡zas! alcanzó la iluminación.
"Buscando a Alaska" John Green

“Todo lo que se une se deshace”, —dijo el Anciano—. Todo. La silla sobre la cual estoy sentado fue labrada; por lo tanto, se deshará. Yo me desharé, probablemente antes que esta silla. Y ustedes se desharán. Las células, los órganos y aparatos que los conforman se juntaron, crecieron y por ende, deberán deshacerse. El Buda sabía una cosa que la ciencia no probó sino hasta milenios después de su muerte: la entropía se incrementa. Las cosas se deshacen.
“Todos nos vamos”, pensé, y se aplica a las tortugas y a los cuellos de tortuga, a Alaska la joven y a Alaska el lugar, porque nada puede durar, ni siquiera la tierra misma. El Buda dijo que el sufrimiento era causado por el deseo, habíamos aprendido, y que el cese del deseo significaba el cese del sufrimiento. Al dejar de desear que las cosas no se deshicieran, dejabas de sufrir cuando lo hacían.
"Buscando a Alaska" John Green

“La parte más difícil de hacer travesuras”, me dijo Alaska una vez, “es no poder confesar”.
"Buscando a Alaska" John Green

Mahoma, Jesucristo y el Buda... soy de la creencia que debemos concluir que cada uno trajo un mensaje de esperanza radical. A la Arabia del siglo VII, Mahoma trajo la promesa de que cualquiera podía encontrar satisfacción y vida eterna mediante la fidelidad al único Dios verdadero. El Buda ofrecía la esperanza de que el sufrimiento pudiera trascenderse. Jesús trajo el mensaje de que el último sería el primero, que incluso los recaudadores de impuestos y los leprosos, los parias, podían tener esperanzas.
Y, por ende, esa es la pregunta con la que los dejo para este examen final: ¿Cuál es su razón para tener esperanza?
"Buscando a Alaska" John Green

Al principio pensé que estaba solamente muerta. Solo oscuridad. Solo un cuerpo al que se estaban comiendo los bichos. Pensé mucho en ella de esa manera, como si fuera el almuerzo de alguien. Lo que había sido ella, los ojos verdes, la sonrisa medio burlona, las curvas suaves de sus piernas, pronto serían nada, solo los huesos que nunca vi. Pensé en el lento proceso de convertirse en huesos y luego en fósil y luego en carbón, el cual, millones de años después, sería extraído de las minas por los humanos del futuro. Ellos calentarían sus hogares con ella y ella sería el humo que saldría ondulante de una chimenea, recubriendo la atmósfera. A veces pienso todavía que quizá la “vida después de la vida” es solo algo que inventamos para aminorar el dolor de la pérdida, para volver soportable nuestro tiempo en el laberinto. Quizá era solo materia y la materia se recicla.
"Buscando a Alaska" John Green

Cuando los adultos dicen: ‘Los adolescentes piensan que son invencibles’, con esa sonrisa mañosa y estúpida en sus rostros, no saben cuán en lo correcto están. Necesitamos no perder nunca la esperanza, porque nunca nos podemos romper de manera irreparable. Pensamos que somos invencibles porque lo somos. No podemos nacer y no podemos morir. Como toda la energía, solo podemos cambiar formas, tamaños y manifestaciones. Ellos olvidan eso al envejecer. Temen perder y fracasar. Pero esa parte nuestra, más grande que la suma de nuestras partes, no puede nacer y no puede morir, así que no puede fracasar.

"Buscando a Alaska" John Green